Era una fría mañana de Diciembre, los arboles ya no tenían hojas y las carreteras estaban lisas y mojadas, perfectas para un accidente de auto.
El aire helado se sentía en la ciudad y los peatones apuraban el paso para llegar rápidamente a un lugar cerrado y caliente.
La lluvia caía y mojaba todo a su paso. Eso, mas la brisa fría que corría por el aire era un clima perfecto.
No perfecto para una persona normal, que habría preferido el sol y el calor.
Perfecto para la chica que en esos momentos estaba parada al borde de la vereda con los ojos cerrados.
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